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El discurso del métodoOverlay E-Book Reader
René Descartes

El discurso del método

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Produktdetails

Verlag
Books on Demand
Erschienen
2020
Sprache
Espanol
Seiten
160
Infos
160 Seiten
ISBN
978-84-13-26657-2

Kurztext / Annotation

Uno de los libros más leídos por la entera humanidad, desde la fecha de su publicación, en 1637, hasta nuestros días. Descartes, tachado de ser ateo, se vió obligado con este ensayo, a proponer, entre otras consideraciones de carácter filosófiico, la demostración de la existencia de Dios. Las polémicas que suscitó lo obligaron cuatro años después, a retomar el argumento con otro ensayo, las Meditaciones metafísicas, que es oportuno leer tras haber leído detenidamente el presente Discurso.

Javier Gálvez, italo-ecuatoriano, ha escrito entre varios ensayos y traducciones, una historia de la Filosofía que ha llegado al octavo tomo (de los diez previstos) y ha traducido al castellano la Divina Comedia de Dante Alighieri. Vive en las nubes, entre Málaga y Galápagos.

Textauszug

RENÉ DESCARTES (1596-1650)

La vida

1. La infancia

René Descartes, matemático y filósofo llamado el padre de la moderna filosofía, nació en el seno de una familia de abogados, comerciantes y médicos en La Haye, Departamento de Touraine, ciudad situada a orillas del Río Creuse, ahora llamada La Haye-Descartes, el 31 de marzo del 1596. Era el tercer hijo de Joaquín Descartes y de Jeanne Brochard.

Su madre murió de parto el 13 de marzo del siguiente año, dando a la luz su cuarta hija, que también no sobrevivió. Resultan incomprensibles las razones por las cuales Descartes escribió que su madre había muerto pocos días después de su nacimiento, circunstancia que luego causaría muchas imprecisiones hasta entre sus más atentos biógrafos. Es solo uno, y el primero, de los numerosos misterios que sombrean la vida de René Descartes. Para comprender el por qué de muchas controversiales incoherencias en su actitud y su forma de ser, será necesario recurrir al psicoanálisis, y aprender a conocer el carácter de este singular personaje, pero sin embargo extraordinario matemático, del XVII siglo.

Su padre, consejero del Parlamento de Bretaña, que por su ocupación estaba ausente de casa por largo tiempo, volvió a casarse, y tuvo pocas ocasiones de verlo y de frecuentarlo. René fue criado por su abuela y por una nurse a la que fue siempre muy aficionado y a quien pagó una pensión por todo el resto de su vida.

Fue un muchacho excepcionalmente inteligente. Su padre se divertía mucho cuando su pequeño hijo, en las pocas ocasiones que se encontraba con él, a menudo le hacia preguntas sobre todas las cosas y el por qué de ellas, y lo llamaba " mi pequeño filósofo ", pero 30 años después el viejo Joaquín declaró que entre todos sus hijos el único que lo había decepcionado había sido propio René, que había desechado la noble profesión de abogado para abrazar la incierta e inferior condición de escritor. Su padre llegó a expresar la opinión de que " no valía para nada, salvo para acicalarse ".

2. Los estudios

Fue enviado en abril del 1606, a los diez años, al recién abierto Collége Royal en La Flèche, al norte del Departamento de Touraine, el que se convertiría, según escribió Descartes, en una de las más celebradas escuelas de Europa. El colegio, donde la educación era gratuita, había sido donado por del rey Enrique IV a los jesuitas, y allá René fue confiado al Padre Étienne Charlet, un jesuita lejano pariente de su madre.

En la formación juvenil de Descartes es de considerar el marco histórico en el que él creció. Enrique de Borbón-Navarra era supuestamente protestante, pero, al ascender al trono de Francia con el nombre de Enrique IV, en 1589, había abrazado la fe cristiana. El acto nunca fue bien aceptado por los fundamentalistas católicos, que lo acusaron de haberse convertido al cristianismo católico solo por conveniencia. De hecho, la fe religiosa de Enrique IV fue siempre cuestionada. Él mismo alimentó diferentes especulaciones con declaraciones ambiguas como " Aquellos que obedecen a sus conciencias son de mi religión, y yo pertenezco a la religión de aquellos que son valientes y piadosos ".

Aunque Enrique IV resultó ser un excelente monarca (fue llamado Enrique el Grande), un día, el 14 de mayo de 1610, mientras el joven René era estudiante, los fundamentalistas cumplieron lo que para ellos era un merecido castigo, asesinándolo por manos de un fanático estudiante jesuita de nombre François Ravaillac. Tras el asesinato, su corazón fue reclamado por los jesuitas y sepultado en un cofre precioso propio en la capilla del colegio donde los dos hermanos Descartes se encontraban estudiando.

Enrique fue uno de los protagonistas de las sangrientas guerras de conquista que tomaban la religión como pretexto y justificación a las inenarrables masacres q

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